Ahora el G7, el FMI y el BM

El FMI no sabemos si esta en una operación de maquillaje, al igual que el Banco Mundial. Tras las denuncias, no ya de las altermundistas y los movimientos antiglobalización acerca de sus metodos y estudios, sino tambien de Stiglitz y de otras y otros economistas del desarrollo o Keinesianos, varios de ellos premios Nobel,se demuestran sus falacias. Así como su contribución a la desrregulación, la eliminación del sector público en muchos paises y la libre circulación de capitales, sin impuestos ni cortapisas y a su contribución supuestamente técnica a la imposición del neoliberalismo, ahora el FMI y el BM, advierten de las funestas consecuencias de la crisis económica.
Ellos son en gran parte culpables de extender el capitalismo financiarizado y obligar a Estados empobrecidos a prácticar politicas ultraliberales, chantajeandolos con sus prestamos. Ellos son la gran fabrica de la globalización, aunque al dia de hoy tal vez amedrentados con la crisis ciclica del capitalismo,que les está tocando vivir y el terror a que desemboque en una crisis sistémica, hacen una llamada de atención.
Pero el FMI y el BM, no son algo etereo,sino la expresión de los Estados más ricos y poderosos del planeta Tierra y la conjunción con los grandes Bancos, Fondos de Inversión y empresas transnacionales y en especial los EE.UU y la Unión Europea más Japón y Rusia.
Ahora advierten de que muchas personas serán más pobres todavía en los paises menos desarrollados y aunque esto no lo dicen, si lo afirmamos nosotras,muchas y muchos trabajadores del occidente enrriquecido se quedarán sin empleo o no podrán hacer frente a subidas descontroladas de precios.
Todo, menos regular, controlar y protejer a la ciudadanía de los desmanes, el descontrol y la especulación.
Tal vez y esto es lo positivo, el discurso social y económico alternativo, se está abriendo camino. Mientras tanto ya, en varios Estados africanos y en Haití hay rebueltas por hambre.
Lo urgente ahora mismo son profundas medidas socialdemocrátas,de fortalecimiento del estado social, control democrático de los mercados financieros y un rearme político. En el Sur, lo que hace falta son reformas aun más profundas y radicales.
Las recetas de supuestos liberalismos progresistas o civicos son aspirinas para combatir el cancer.
El rearme ideológico es imprecindible, pero para actúar frente a la dictadura del mercado.
Ahora ningún socialista puede avergonzarse de serlo. Todas y todos los altermundistas y antiglobalización, ecológistas y pensadores críticos, estar orgullosos de su coherencia, pero todas y todos dispuestos a la acción.