martes, 3 de noviembre de 2009

COMUNICADO DE ATTAC ANDALUCÍA

Andalucía ante el semestre de presidencia española de la Unión Europea
1 Noviembre 2009 | Categorías: Comunicados, Portada |
Comunicado de ATTAC Andalucía

La Unión Europea, actualmente, es la región más liberal, desregulada y con menos controles financieros del Mundo, tras los paraísos fiscales. De hecho, en territorio europeo hay varios de ellos, como muy bien nos señala Juan H. Vigueras en sus artículos. En concreto, a los y las andaluzas el que más nos perjudica es el paraíso fiscal y óleo-energético de Gibraltar.

La Unión Europea es además uno de los bastiones neoliberales de la Tierra, junto a los EE.UU., e impulsora del desigual Tratado de Libre Comercio, tremendamente negativo para con los países del Sur. Muy agresiva en la OMC, pues mientras exige liberalización total de los servicios y del comercio, mantiene productos subvencionados y cupos en importaciones.

Pero la Unión Europea también es un gigante con pies de barro. La actual crisis sistémica en general y financiera en particular le está afectando mucho; y la supuesta fortaleza del euro frente al dólar, haciéndole mucho daño. Por otro lado, el Gran Empresariado Europeo, las transnacionales europeas, deslocalizan sus producciones al tiempo que exigen continuas rebajas fiscales y sociales en contra de los pueblos de Europa, destruyendo inexorablemente lo que de Estado del Bienestar queda en nuestro continente.

Los tratados europeos, el Tratado de Lisboa, no solo merman la soberanía popular en materia de representación política, sino que son en realidad tratados comerciales profunda y radicalmente liberales, que garantizan más los desarmes fiscales y la privatización política y de servicios que un tratado de corte constitucional que enmarque derechos y libertades democráticas. La Europa Social no solo no existe, sino que esta desapareciendo también poco a poco de los Estados Europeos en aras de una llamada a la competitividad.

El reparto social es una quimera en Europa

La crisis sistémica, en su variante financiera, tampoco tiene un tratamiento unitario, ni coordinado, ni mucho menos de protección y providencia, pues la UE carece de política social, como no sea la de privatizar los Servicios de Interés General.

Así pues, entendemos que a la Presidencia Española hay que exigirle que impulse el respeto por los derechos de las clases trabajadoras europeas, la nunca impulsada y siempre cacareada Europa Social. Pero también la lucha contra el cambio climático y el respeto ambiental, la defensa de sector público y de los Servicios de Interés General, el control democrático del Banco Central Europeo, la aplicación de la Tasa Tobin -empezando por el ámbito europeo-, y el cierre de los Paraísos Fiscales en el territorio europeo o de territorios amparados y controlados por potencias europeas (piénsese que la mayoría de los paraísos fiscales del mundo están en dominios británicos, restos de su antiguo imperio colonial, Gibraltar entre ellos).

Consiguientemente, muchas reivindicaciones, solidarias unas, ecológicas otras, alimentarias y agrarias, financieras y sociales o educativas confluyen, ante esta joya del capitalismo más duro y puro en su expresión neoliberal como es la Unión Europea.

No entendemos pues como el gobierno socialdemócrata español se vincula y defiende políticas públicas que están siendo elaboradas por un colegio de Comisarios, en su mayoría de derechas y de liberal-conservadores, y un parlamento europeo de mayoría ultraconservadora y neoliberal. El dibujo político europeo es el que es y, por esa regla de tres, los socialistas madrileños debieran apoyar a Esperanza Aguirre en su agresiva política contra la sanidad pública, o los socialistas valencianos a Camps en su política educativa, o los homónimos granadinos o Gaditanos al alcalde de Granada o a la alcaldesa de la Cádiz en sus políticas municipales, por ejemplo.

La nula división de las derechas y los centroizquierdas europeos hace que todos ellos apoyen una política común, es decir neoliberal y sin matices, dependiente de los EE.UU. en acciones exteriores, y tremendamente condicionada por las grandes transnacionales de ambos lados del Atlántico.

Es por ello que nuestras propuestas se deben visualizar y nuestras resistencias hacerse patentes.

Andalucía tiene mucha responsabilidad en ello, pues los días 25 y 26 del próximo febrero Sevilla será la sede de la reunión del Consejo Europeo, y el 7 y 8 de marzo Granada será la sede de la Cumbre Unión Europea-Marruecos.

Los Movimientos Sociales sevillanos y granadinos, pero andaluces en general y con la solidaridad de los del resto del Estado Español deberemos, junto a sindicatos, colectivos agrarios, asociaciones y federaciones de la Economía Social, movimientos ciudadanos y ONGs de carácter social y solidario, hacer públicas nuestras alternativas en foros y asambleas públicas, y dejar patente en la calle nuestra reivindicación de que Otra Europa Es Posible, y otra política para lograrla imprescindible.

Desde ATTAC Andalucía hacemos el llamamiento a movilizarnos, sin sectarismos ni exclusiones, sino como un acto de ciudadanía democráticamente responsable y activa en la lucha por una Europa de los pueblos frente a la única que existe, la de los mercaderes. Pero también a la exigencia de la Solidaridad y la lucha contra la exclusión, la pobreza y el hambre en nuestra Madre Tierra.

La crisis del sistema la deben pagar los que la han generado, es decir la Banca y las y los que han montado el inmenso casino económico que ha estallado, y no los asalariados y asalariadas, las Pymes y los autónomos. Pero sobre todo las y los que más la sufren, las paradas y los parados, mientras a los Bancos se les sigue subvencionando por parte de los Gobiernos y la propia Unión Europea.

Andalucía sufre de forma especial el zarpazo de la crisis, por la debilidad de su sistema productivo y su dependencia de los servicios y de la construcción. Andalucía necesita disponer de su propio sistema financiero, haciendo de la Cajas de Ahorro andaluzas un verdadero servicio público, democráticamente controladas y no su actual dirección, en manos de “profesionales” con criterios puramente liberales que, lejos del espíritu y la filosofía de las Cajas, imitan a los bancos comerciales privados.

Andalucía debe exigirle con fuerza a la Unión Europea otra Europa.

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