De los controladores o como justificar lo injustificable
No estoy de acuerdo con los corporativismos. No me parecen justas las actitudes gremiales de sectores laborales privilegiados que aprovechan la libertad sindical para defender privilegios de casta que no de clase.
Pero no soy lo suficientemente papanatas como para no vislumbrar que gracias a luchas injustificadas, algún poder gubernamental puede sacar provecho para justificar la privatización de AENA o lo que es peor, acabar dificultando cada vez más las huelgas en el transporte público comparando a controladoras y controladores con ferroviarios, conductores de autobús o de metro.
Estos días obreros y trabajadores que volvían con sus familias o empleados que buscaban pasar unos días en su lugar de origen, mezclados junto a la clase media alta que puede pasar un puente en República Dominicana, Paris o Cancún, se han visto -sin saberlo previamente- envueltos en una lucha de un sector con muchos privilegios, cierto, pero muy útil a la derecha y a lo que fue el centroizquierda devenido en centro privatizador.
La lucha de los controladores puede también tener sus razones, pero entre ellas, no están defender los intereses de las clases trabajadoras contra los planes tipo FMI que se están imponiendo contra la ciudadanía española y europea en su conjunto.
Sin embargo incluso el progre diario“Público” ya afirma que esto se solucionará con la privatización de las torres de control. Ahora criticar a los obreros y trabajadoras de AENA que se van a enfrentar a la privatización de ese ente público será más fácil de desprestigiar, criminalizar y de confundir al personal poniéndolo en su contra, defendiendo los poderes mediante la privatización insisto, que grandes empresas y fortunas se enriquezcan aún más con la infraestructura aeroportuaria, pagada por todas y todos nosotros con nuestros impuestos, que además en los últimos años ha sido objeto de grandes inversiones públicas para mejorarla hasta el gigantismo hortera. Es decir dinero público para acabar fortaleciendo el negocio privado.
Lo malo de el “cierre” de los controladores ha sido los daños colaterales de apoyar lo privado en contra de lo público y de paso el gobierno del PSOE le ha dejado a la extrema derecha del PP que pronto puede gobernar la excusa perfecta para militarizar, ferroviarios, taxistas o cualquier sector del transporte que se declare en huelga.
La ofensiva neoliberal que sufrimos, tiene mucho de privatizadora, pero también mucho de limitadora de la democracia. La calidad democrática en Europa ha descendido mucho en estos últimos años. El retroceso en derechos y libertades sindicales que se avecina es tremendo si no se remedia. Se le están hurtando a las clases trabajadoras, no solo derechos sociales, laborales y sindicales, sino también culturales y públicos, pero sobre todo de la capacidad democrática de poder decidir sobre la gestión macroeconómica. Que sistema productivo queremos, que futuro económico deseamos ya no esta al alcance de la gente, sino en manos de “expertos” al servicio de los bancos y gobiernos liberales (sea cual sea su patronímico), de los banqueros y de algo etéreo que se llaman mercados es decir los capitalistas.
Por eso no trago con que algo tan grave como el cierre de todo el espacio aéreo del Reino de España, lo monte un gremio por si solo y de golpe. No creo que los poderes fácticos al menos no estuvieran informados. Algo hay detrás.
Lo vengo escribiendo, estos días están ocurriendo demasiadas cosas como para que todo sea un cúmulo de casualidades. Hace falta reaccionar ya.
Ataques financieros, chantajes de mercados, lobby de empresarios reuniéndose con la casa real, exigencias de más “ajustes” de patronales y prensa corporativa y ahora el parón del control aéreo. Demasiado en poco tiempo.
Por eso el sábado 18 de Diciembre todas y todos tenemos que estar en la calle e iniciar un movilización social cada vez mayor. Las manifestaciones del próximo Sábado deben ser el reinicio, tras la huelga general.
No podemos consentir el paseo de la extrema derecha hacia el gobierno de España, pero eso solo se puede frenar con políticas de izquierda y plantando cara a los mercados. Claro ese enfrrentamiento solo lo implementaremos los movimientos sociales, los sindicatos, las fuerzas políticas sean partidos o no a la izquierda y la ciudadanía no dispuesta a tolerar seguir pagando los fallos, errores y la quiebra de bancos y ricos a sus expensas.
Por eso lo de los controladores también huele a chamusquina.
Aunque ahora el problema, no es si vence el PP, sino si frenamos, ajustes, contra reformas neoliberales y privatizaciones. La crisis la deben pagar los que la han generado, los bancos y los ricos. Lo del parón de los controladores, en el fondo beneficia estas politicas. Como decía un amigo mío, nada hay más estúpido que un funcionario liberal.
Carlos Martinez
Es presidente de ATTAC España
lunes, 6 de diciembre de 2010
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2 comentarios:
Hola.
No disiento de sus razonamientos respecto al problema de la privatización del sector aéreo. Sí, en cambio, estoy en desacuerdo con la calificación que hace de los controladores.
Decir que reclaman "privilegios de casta" me suena a medieval, a la India o a no sé qué. Pero no me parece del todo realista. Mi instinto me dijo que antes de llamarles irresponsables o caprichosos niños ricos sería bueno leer la opinión de los controladores. Y el resultado ha sido el que esperaba: están siendo demonizados, es una estrategia del gobierno. Eso sí, no obviaré que con el paro ilegal se les ha ido completamente la olla, favoreciendo así a sus adversarios y la visión distorsionada de la sociedad respecto de su situación laboral.
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Pero, ante un acto colectivo tan disparatado, ¿no le parece que debe haber algo muy grave detrás? Pues yo opino que sí lo hay. Las remuneraciones que tienen son enormes, pero su estado laboral parece en muchos casos de semiesclavitud. Vivir eternamente disponibles al lado del aeropuerto, no poder planificar un día libre, escasas visitas a familiares, horas extra obligatorias... Esclavos de lujo, eso son muchos de ellos. Y no digamos con el decreto demoledor que les acaban de cascar (sin la menor repercusión pública), que aumenta sus obligaciones laborales sin remunerar en un 45%...
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Ayer, cuando nadie usó el cerebro para analizar la situación, cuando todos se ensañaban con ellos, otra vez mi instinto me llevó a buscar ejemplos palmarios de "castas" privilegiadas. Y hay muchas, muchísimas. Se me ocurren los farmacéuticos (farmacias sin competidores, por decreto), los registradores de la propiedad, los notarios, los abogados que cobran no por dificultad del trabajo sino por la cuantía del pleito(!!), los militares que ascienden (y cobran mucho) hasta cuando están retirados, los taxistas que gozan de números clausus de paradas, los loteros, los estanqueros, los concejales iletrados que marcan su propio sueldo...
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No seré tan torpe de negar el corporativismo en los controladores, pero le aseguro que nadie protesta jamás contra el asfixiante corporativismo que se da en la judicatura, en los médicos, en los arquitectos... Las prácticas exclusivas de estos grupos se llevan a cabo con absoluta naturalidad.
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En suma: estoy de acuerdo con todo lo que dice, pero si se les ha ido la cabeza a los controladores de una manera tan espectacular, sólo puede deberse a una presión extrema, y de esa nadie habla. Tampoco usted, si me permite la crítica.
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No obstante lo dicho, le agradezco su infatigable y lúcida pelea por los derechos sociales, y ruego no tenga a mal mi apunte.
Un cordial saludo.
Apreciado Carlos Martínez:
El corporativismo existe, en mi opinión, en muchas profesiones, de las llamadas liberales y de alto funcionariado.
Existe un malestar general, eso es obvio en la sociedad y cada grupo de profesionales pelea por lo suyo.Exceptuando a las clases populares e intelectuales de izquierda.
Algo que me preguntaré siempre ¿Cómo es posible que un señor como Llamazares tan "malusado" por IU no pueda servir a crea un fuerza de izquierdas más nueva?
Han convocado ustedes una manifestación el día 18.¿Podrían indicar la hora y el lugar en Valencia, Madrid, Barcelona, Bilbao...
Un saludo con cariño
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