Se están diciendo demasiadas tonterías acerca de las revueltas árabes al objeto de conseguir libertad y el apoyo a la "causa democrática" del Occidente cristiano, de las potencias centrales que todavía siguen empeñadas en hacer creer a sus poblaciones que son el centro del Mundo.
Pero peor que las sandeces interesadas, por parte de gentes que ni han viajado a esos países, ni tienen organizaciones hermanas en ellos, ni conocen a actores sociales de las revueltas, de nos ser la opinión de intelectuales colaboracionistas con los regímenes derrocados o bien centros de pensamiento muy conservadores con antenas más en los servicios de espionaje que en la "calle árabe" lo que me resulta más odioso es la hipocresía y doble vara de medir que Occidente , sus mandatarias y mandatarios aplican.
Para empezar y Aznar lo ha dejado muy claro, todas las potencias de la Unión Europea y los USA se apoyaron en los corruptos regímenes derribados y se apoyan en los muchos que aún no han sido derrocados. Túnez y tal vez Egipto, están en un camino hacía el cambio, también Yemen, pero pensar que Jordania, Marruecos, Arabia Saudita, Qatar o Kuwait, son mejores que otros que están en cuestión por parte de la calle árabe es de una desfachatez y desvergüenza supina.
¿Por que nadie bombardea todavía el palacio del emir de Bahrein? No entiendo como Trinidad Jimenez puede reunirse con embajadores de Arabia Saudita, Kuwait, Qatar o Marruecos entre otros para estudiar las revueltas árabes, si no fuera por la sangre que se está derramando, resultaría cómico. Que catetez, que ignorancia, claro de no ser que solo interese como aplicar medidas para controlar, aguar y vigilar las revueltas árabes.
La verdad es que toda esta situación, que Occidente no preveyo, se le ha escapado de las manos y su censura por ejemplo sobre la revuelta, extendida también ha Iraq, no hará cambiar la situación. El pueblo árabe ha iniciado su segunda ola revolucionaria tras la que comenzó en los cincuenta, pero tal vez con más posibilidades y con unos imperios mucho más decadentes y nuevas formulas de acción ciudadana, que se les escapan de las manos.
La enseñanza a sacar por nosotras y nosotros es que contra los pueblos con voluntad de justicia y democracia verdadera, nadie puede. El neoliberalismo se las planteaba muy feliz hace diez años, pero ahora le crecen las dificultades.
Otro mundo es posible, le sepa mal a quien le sepa y los proyectos de la Trilateral, el club Bildelberg, los neocons con su líder Aznar a la cabeza o las posiciones sumisas al imperio decadente, comienzan a no asustar a la ciudadanía, incluida la europea y norteamericana.
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